El intendente aseguró que las islas son "lo único que une a todos los argentinos" y criticó el proceso de "desmalvinización" vivido tras el conflicto.
Con una emoción que lo llevó a interrumpir en dos oportunidades su discurso, el intendente Carlos Arroyo encabezó el acto oficial por el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas. En un claro llamado a “cerrar la grieta para siempre”, el jefe comunal instó a encontrar en la lucha por la soberanía de las islas, el “ligamento” para unir a la sociedad argentina.
“Se hace extremadamente difícil hablar en esta fecha, no es una fecha común ni es una fecha más. Yo creo que hoy estamos aquí reunidos para rendir tributo a un conjunto de hombres que se jugaron todo lo que tenían por la patria. Es decir, por la tierra de los padres”, inició, ante una multitud de personas que se habían hecho presentes pasadas las 9.30, frente al monumento que conmemora a los marplatenses caídos en el conflicto, de Diagonal Alberdi y Córdoba.
Apropósito de la invocación religiosa que minutos antes había realizado el presbítero Walter Pereyra, donde hizo mención a la Semana Santa vivida en los últimos días, Arroyo aseguró que la Pascua “tiene mucho que ver con lo que hemos vivido”.
“La Pascua es, en realidad, el triunfo de la vida sobre la muerte, es resurrección de vida, es luz no oscuridad. Y tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo hoy, porque, en realidad, aquellos granaderos del siglo XX que hoy recordamos no murieron. Nadie muere mientras que otro lo recuerde, solo mueren aquellos que desaparecen del recuerdo”, señaló, quebrándose hasta el llanto.
En este sentido, el intendente aseguró que “la Argentina necesita, como nunca, una sustancia que podríamos llamar de ligamento, para que termine con las grietas y con los datos menores que a veces nos dividen a los argentinos”. “¿Y saben cuál es el verdadero ligamento? El ligamento se llama la causa de Malvinas, porque Malvinas es lo único que une a todos los argentinos“, agregó.
Recordando un 2 de abril, pero de hace 36 años, Arroyo aseguró haber descubierto lo que sintieron los “hombres de mayo o de julio de 1816”.
“Sabía que estaba viviendo un momento histórico: la recuperación de nuestras islas por los hombres de Argentina, por sus fuerzas. Después vino un proceso, lamentable, de desmalvinización, porque deben saber, señores y señoras, que las grandes potencias además de las guerras físicas hacen guerras psicológicas y aquí hubo una tremenda guerra psicológica”, reclamó.
“Ni bien terminó, comenzaron las influencias de todo tipo para destruir las mentes de los argentinos, era necesario olvidarnos, separarnos, enfrentarnos y convencernos de que era una causa menor. Y no es una causa menor. Como dice la canción de Malvinas: ‘No habrá olvido, ni habrá perdón, las Malvinas son argentinas’“, gritó, entre aplausos.
“El tiempo, la historia, el curso normal de la historia y la economía van a ser que esas islas vuelvan al dominio argentino, a través de negociaciones diplomáticas. De eso no tengo ninguna duda. Tal vez nuestra generación no lo vea, pero otra sí lo va a ver”, señaló.
Y cerró: “Pero para eso nosotros tenemos la obligación de inculcarle a nuestros hijos el amor por la patria, el amor por Malvinas. Enseñarles a dejar de lado el egoísmo, esa sensación de prepotencia y de soberbia; llegar a la humildad, ver en el otro un hermano, ver en el otro un miembro de nuestra familia. Malvinas es el ligamento que nos va a unir, el que va a hacer que las malditas grietas se cierren para siempre“.